Los estudiantes denuncian la insuficiencia de los Planes de emergencia


NOTA DE PRENSA
21 de septiembre de 2009

La Asamblea del Movimiento Estudiantil Canario (AMEC) denuncia la insuficiencia de los planes de emergencia y evacuación en la Universidad de La Laguna, llegándose al extremo de que varios edificios e instalaciones, a día de hoy, no cuentan con ningún Plan de Autoprotección.

Para la organización estudiantil, la actual situación pone de manifiesto el escaso interés por parte del equipo de gobierno hacia las condiciones de trabajo y estudio de toda la comunidad universitaria, de modo que no sólo se incurre en el incumplimiento de la norma vigente al respecto (como el Real Decreto 393/2007, de 23 de marzo, por el que se aprueba la Norma Básica de Autoprotección de los centros, establecimientos y dependencias dedicados a actividades que puedan dar origen a situaciones de emergencia o la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales), sino que además supone toda una irresponsabilidad al poner en peligro la seguridad del conjunto de la comunidad universitaria.

La AMEC denuncia la actual situación a fin de que se tomen medidas al respecto acabando con la actual situación, estableciéndose protocolos de actuación ante posibles situaciones de riesgo como incendios en todos los edificios e instalaciones universitarias.


        Recogemos arriba la justa y pertinente denuncia de los estudiantes a través de su organización mayoritaria (AMEC) sobre un problema de (in)seguridad que es común a todos: trabajadores y estudiantes que son los usuarios de los centros e instalaciones de la Universidad; también deben sentirse afectados todas aquellas personas ajenas a la empresa que prestan sus servicios en ella, inclusive el equipo de gobierno (éste y los anteriores), que si bien también son trabajadores de la ULL, parecen sentirse inmunes desde sus altos despachos a las contingencias propias de un incendio a tenor de la escasa atención que prestan a este terrible peligro.

        Efectivamente, el artículo 20 : 'Medidas de emergencia' de la Ley 31/95 de Prevención de riesgos laborales, obliga al Rector a: 'adoptar las medidas necesarias en materia de primeros auxilios, lucha contra incendios y evacuación...designando para ello al personal encargado de poner en práctica estas medidas y comprobando periódicamente su correcto funcionamiento..'

        La cronología de las medidas adoptadas puede resumirse así: desde el año 1995 en que se promulga la Ley 31 de PRL, los Centros e instalaciones cuentan con extintores siguiendo normativas anteriores a la Ley 31 y los Centros de reciente construcción, por imperativo legal en la fase de proyecto, disponen de otros equipos contra incendios como las BIE,s (mangueras de agua) y ocasionalmente dispositivos de detección y alarma; todo ello en dudoso estado de funcionamiento puesto que no se hacen comprobaciones periódicas.

        Es aproximadamente en el año 2004, a raíz de una denuncia interpuesta a la Inspección de Trabajo relativa a la ausencia de medidas de emergencia en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, cuando el equipo de gobierno anterior dispone la elaboración de Planes de emergencia y la adecuación de la mayoría de los Centros en medios de evacuación y equipos contra incendios. Algunos Centros e instalaciones como los Colegios Mayores no son abordados en ese momento y parece ser que en los presupuestos actuales se contempla una partida para ello.

        Esta es la situación actual, en la que después de 14 años de exigencia legal aún quedan lugares de trabajo y residencias de estudiantes desprotegidos, y podría pensarse que para el resto de los Centros las cosas están bien, pero no es así: los Planes de emergencia o de autoprotección, llámense como se quiera, son un conjunto de documentos descriptivos por una parte - medios de evacuación, equipos contra incendios existentes, instalaciones de especial riesgo de incendio, etc- y por otra, un conjunto de protocolos o procedimientos a seguir -mantenimiento de instalaciones, designación de responsables, creación de equipos de intervención, asignación de tareas, instrucciones a seguir en caso de alarma, etc.-, de manera que el Plan, siendo un documento básico, imprescindible, no es más que un montón de papeles sin mayor trascendencia para la seguridad y la eficacia en caso de incendio y evacuación si no es explicado y divulgado entre los trabajadores del Centro y si no se siguen los procedimientos indicados que son previos a la aparición de una situación de alarma, como la asignación de responsabilidades y tareas, creación y formación de los equipos de intervención, etc. Y esto no se ha hecho en las facultades que tienen un Plan de autoprotección; lo habitual es que el Decano lo tenga bien guardado en un armario y que casi nadie sepa de su contenido; en estos casos su eficacia, su operatividad es nula, es como si no existiese ese Plan. Esto lo hemos podido comprobar recientemente cada vez que se ha producido una alarma o desalojo: el incendio en la Pirámide de Guajara, la evacuación en el Campus de Guajara por aviso de bomba; el resultado ha sido la improvisación, el caos y unos tiempos de evacuación inadmisibles.

        El 'simulacro de alarma y evacuación' es la pieza clave de un Plan de autoprotección, es el que permite su puesta a punto, evaluar su eficacia, sus insuficiencias, y su mejora a lo largo del tiempo; si en tu Centro no se realizan 'simulacros' -que son obligatorios al menos una vez al año (art.20:'..y comprobando periódicamente su correcto funcionamiento')- puedes estar seguro/a de que no existe Plan o éste es inoperativo, no se ha implantado.

        Los estudiantes tienen toda la razón, la desidia y la irresponsabilidad sigue siendo patente después de todo el tiempo transcurrido, y la responsabilidad recae en toda la cadena jerárquica de mando, desde los decanos y directores de Centros/Institutos Universitarios hasta el Equipo de gobierno. Si queremos mejorar este estado de cosas, entre otras posibles medidas, debemos exigir todos en las Juntas de Facultad o de Centro la efectiva implantación de los Planes de autoprotección existentes que, por cierto, están bastante bien elaborados.