POR LA BOCA MUERE EL PEZ …… MALDITOS PAPELES

Reproducimos aquí un artículo del nº13 de la Revista de la Universidad de La Laguna (RULL) de julio de 2000, donde se recogen unas declaraciones de la entonces presidenta de la Junta de PAS funcionario y en la actualidad Vicegerente de Personal de la ULL


 





















 

 

 

 

 

Becas versus contratos

El Claustro relativo a la tramitación y debate del presupuesto de este año celebrado el pasado 26 de mayo puso en evidencia una cuestión sobre la que convergen distintas opiniones pero que parten de una base común: la necesidad de regular la política de becas de la ULL. De hecho, una propuesta de resolución presentada por el grupo claustral PAS por la Unidad (PASU), y finalmente apoyada por la mayoría del órgano colegiado, hace referencia explícita a esta situación. Según lo acordado, el Claustro deberá conocer en el primer trimestre del próximo curso cuál es la política de becas, ayudas y créditos al estudio ideada por la universidad, mientras que la Junta de Gobierno habrá de elaborar una reglamentación específica sobre este asunto en el trimestre siguiente.

Pese a que la primera de las propuestas de PASU sobre la política de becas no fue aprobada (hacía referencia a la supresión del aumento de becas para aulas de informática y al destino de esa cantidad a programas de intercambio del alumnado), los alumnos mostraron en el Claustro cierto nerviosismo al tratar este asunto, aunque en el punto cuarto de su propuesta de resolución -sí aprobada-, defendía que la Universidad de La Laguna mantuviera, al menos, el esfuerzo económico que realiza en la actualidad dentro de su política de becas a cambio de que éstas no tengan como fin la suplantación de puestos de trabajo.

En general, y pese a las mencionadas reticencias iniciales, entre los representantes de los distintos estamentos universitarios hubo coincidencia en la identificación del problema y en la necesidad de afrontar una política clara y satisfactoria para todos los intereses en juego, así como la necesidad de una reglamentación a la que debe sujetarse para evitar situaciones injustas o de ilegalidad en su desarrollo.

El portavoz de Plataforma de Estudiantes de Enseñanzas Técnicas y Ciencias (PEETEC), Carlos González Coderch, manifiesta su desacuerdo sobre algunas opiniones vertidas en el Claustro relativas a que las becas de informática no son formativas sino que suplantan puestos de trabajo. "Estas becas surgieron de una necesidad concreta, pero hubieran tenido que crearse igualmente porque resultan muy valiosas como prácticas de alumnos y ayuda económica complementaria a los estudiantes", de-clara. Para Coderch quizá haya que revisar los criterios y la normativa sobre sus funciones, "pero está claro que su utilidad es indiscutible", sostiene.

Por su parte, el portavoz del Sindicato de Estudiantes Canario (SEC), Rubens Ascanio, opina que su grupo ha venido denunciando desde hace tiempo la política general de becas, "pues éstas muchas veces llegan tarde o son insuficientes. Además, no se adaptan a los nuevos planes de estudio al exigir aprobar, al menos, el 80% de las asignaturas, lo que impide en la mayoría de los casos mantener la beca durante toda la carrera". Ascanio declara que las becas han descendido en número y cuantía desde 1994, "mientras el consejero de Educación apoya subidas de tasas por encima del 5%".

En cuanto a las becas de colaboración, el portavoz de SEC opina que hay que mantenerlas y ampliarlas, por ejemplo, en el caso de los colegios mayores. "Este tipo de becas es sólo una ayuda, ya que el problema se centra en la insuficiencia de la política general de becas en el ámbito estatal y autonómico".

Más personal

Dolores Mejías, presidenta del sector de universidades canarias del CSI-CSIF y miembro de la Junta de Personal de esta universidad, opina que la solución para dar un buen servicio a la comunidad universitaria es aumentar la plantilla del PAS en la medida que sea necesario y, a partir de entonces, convocar las becas correspondientes, pero sólo para un trabajo específico y por un tiempo determinado, no pudiendo repetir dos veces seguidas el mismo becario. "De esta manera", asevera, "se evitarían distorsiones en la prestación de las funciones propias de los becarios, procurando que no realicen funciones administrativas propias del PAS".

Para Soledad Muñoz, presidenta de la Junta de PAS Funcionario, los datos sobre la proliferación de becarios en esta universidad durante los últimos años resultan preocupantes y se han convertido en motivo de controversia."Explicar la postura de la Junta de Personal sobre esta cuestión en un espacio tan reducido no es complicado, pero sí argumentarla adecuadamente. La finalidad esencial de una beca es la de formar al alumnado compensándole económicamente. Cuando a cambio de esa compensación económica se le exige el desempeño de un trabajo que no incidirá de manera importante en su formación, se está pervirtiendo la razón de ser de la beca y la creación de puestos de trabajo", argumenta. "Nos encontramos entonces", continúa, "con trabajadores encubiertos que resultan mucho más baratos a la Administración. Por eso, nuestra postura es de oposición radical a esa clase de becas, y la mayoría de las existentes hoy en la ULL lo son".

La misma opinión comparte Blas Parrilla, de Intersindical Canaria y presidente del Comité de Empresa, quien añade que hay que dignificar la figura del becario de colaboración a través del establecimiento y reglamentación de una política de becas por la universidad que evite la discriminación por razones económicas del alumnado atendiendo al nivel de renta, la distancia geográfica y el rendimiento académico, "sin que por ello se tengan que ver afectadas las dotaciones de personal de administración y servicios".

Dar ejemplo

Para el rector de la Universidad de La Laguna, José Gómez Soliño, los becarios colaboradores son figuras con una larga tradición en muchas universidades del mundo occidental. "Su función no es la de suplir lagunas en la plantilla del personal propio de las universidades, sino la de ofrecer a los estudiantes oportunidades formativas y ámbitos en los que poner en práctica sus conocimientos teóricos".

Gómez Soliño considera que la universidad, que está demandando a las empresas y organismos externos facilidades para que sus estudiantes puedan realizar prácticas, debe ser la primera en dar ejemplo. "Con ello facilitaremos la posterior inserción laboral de nuestros titulados y tituladas". El máximo representante de la institución académica cree no obstante que la labor de los becarios debe ser complementaria y nunca sustitutoria del trabajo que lleva a cabo el PAS. "Estoy convencido", concluye, "de que la comunidad universitaria valora muy positivamente la contribución que efectúan nuestros actuales becarios y becarias".  José Ambrosio González