La búsqueda de la Excelencia se ha convertido en un recurso
inagotable para la administración pública canaria y más en concreto para
la Universidad de La Laguna. Los trabajadores de la ULL llevamos años
escuchando discursos que nos hablan de la calidad y la excelencia, hasta el
punto en que hemos llegado, a nuestro juicio, al despropósito absoluto,
organizando entre nuestro personal, de manera indiscriminada, cursos de
“formación” relacionados con estos enigmáticos y socorridos términos.
Valgan como ejemplos el curso de protocolo para los conserjes y
auxiliares de servicio, o el curso para el personal de la Biblioteca, en donde
se les habla de evaluaciones (otra más para este personal, el más evaluado
de la ULL), parámetros de calidad, excelencia, liderazgo, etc.
Nosotros nos preguntamos, qué es lo que esta ocurriendo en la ULL.
¿Acaso van a ser ahora los conserjes y auxiliares de servicio los que van a
recibir al “excelentísimo” Don Paulino Rivero, cuando venga a visitarnos?
¿Acaso van a ser los oficiales de biblioteca los que van a gestionar los
recursos de la misma o los que van a diseñar sus líneas de actuación?
Mientras en pocas horas sueltas, sin acreditación, ni reconocimiento
oficial, se les “forma” sobre los sistemas y herramientas (cada día más)
con las que tienen que trabajar a diario. ¿Es a esto a lo que se le llama
calidad en la ULL?
Se nos arenga continuamente sobre nuestra responsabilidad en la
buena marcha y el buen nombre de la institución para la que trabajamos,
sin reconocer que nuestro colectivo, el del personal de administración y
servicios, conocemos perfectamente, y así lo demostramos, nuestras
obligaciones y responsabilidades. Que le pregunten si no al auxiliar de
servicio de la Escuela de Náutica, dos días permaneció cerrada y sin
actividad lectiva porque el auxiliar de servicio disfrutaba de un permiso.
Este lamentable suceso nos lleva a preguntarnos ¿Dónde esta la
responsabilidad de los responsables del centro? pero sobre todo ¿Dónde
esta la responsabilidad del jefe de personal, o de la Gerencia de la ULL?, es
decir de aquellos que tienen (y perdonen la insistencia) la
“responsabilidad” de la organización del trabajo.
¿Acaso en la ULL la responsabilidad es inversamente proporcional a
la categoría profesional y al puesto que se desempeña? Si esto es así,
entonces tiene razón el Sr. Peytaví (universitario él) cuando, de manera
vulgar e insultante, argumenta que el culpable de lo sucedido en Náutica
es el auxiliar de servicio y su convenio colectivo.
¿No es responsabilidad del equipo de gobierno de la ULL, elaborar
una nota aclaratoria de lo sucedido, atribuir las responsabilidades a quien
corresponda y desagraviar al trabajador insultado desde la columna del
periódico EL DIA, insulto que entendemos extensivo a todo el personal?
Lejos de hacer tal cosa leíamos declaraciones posteriores del Sr. Rector a
los medios manifestando… “No sabemos qué ocurrirá con el contrato
programa si la crisis empeora”. En nuestra humilde opinión su
intervención no debía ser para meterle miedo a la comunidad
universitaria, su “responsabilidad” es entrevistarse con los que ostentan
su mismo grado de “responsabilidad” en el Gobierno de Canarias y
exigirles el cumplimiento de lo pactado y, ejerciendo su liderazgo
tranquilizar a la comunidad a la que representa.
Creemos que no es propio de una Institución como la ULL, actuar de
manera improvisada para acometer sus proyectos ni las reformas
necesarias para su funcionamiento, sean estas de la índole que sean. Es
por esto que desde el grupo claustral EUPAS le instamos a que realice el
inventario y la catalogación, de los bienes patrimoniales, en su sentido
más amplio. Al mismo tiempo y para evitar los desastres que producen las
improvisaciones instamos al equipo de gobierno a que elabore un plan
general de ordenación de los espacios y dependencias de la ULL, lo que
supone claramente un ahorro de recursos materiales y humanos, así como
las molestias que inevitablemente tengan que producirse, y sobre todo
situaciones esperpénticas como el espectáculo de adecentamiento de la
mitad de la fachada de la torre de químicas, la parte que sólo se ve cuando
estas delante de ella.
Creemos que no es propio de una institución como la ULL, el
acometer las obras, algunas de ellas a escondidas de la mayoría de la
comunidad, sin calcular los daños que se hacen a nuestro patrimonio y sin
tomar en cuenta que aparte de llamarnos universidad (lo cual debería
bastar para hacer las cosas con rigor) tenemos el sobrenombre de La
Laguna, ciudad patrimonio de la humanidad. Por lo tanto no parece lógico
que seamos nosotros los que nos dediquemos a destruirlo y a no
contribuir a su embellecimiento.
A riesgo de parecer cínicos, recomendaríamos un curso
intensivo sobre calidad, responsabilidad y liderazgo como el que recibió
hace poco al personal de la Biblioteca y que se haga extensivo a todo el
personal de la ULL que ocupa puestos de responsabilidad, así como a los
futuros miembros de equipos de gobierno.
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