Haciendo "Equipo".
Tras algo más de diez meses del nombramiento del nuevo Comité de Empresa del personal laboral, con las complicaciones que tiene haber estado inmerso en un periodo de elecciones al rectorado, toma de posesión de un nuevo equipo y vacaciones de verano, y no lo decimos como una excusa, sino como la constatación de una realidad, desde Alternativa Sindical (FSOC), queremos, nos parece muy importante, hacer una valoración de cómo se encuentran las cosas en el sector del PAS laboral de la ULL. Ese fue nuestro compromiso, y a ello vamos.
Nos encontramos, ya lo dijimos en su momento, con una situación que a nuestro juicio era, y sigue siéndolo, lamentable. Más de 70 plazas vacantes, algunas de ellas de muchos años, que han generado problemas fundamentales en algunos servicios, debido, principalmente, a esa circunstancia, pero no exclusivamente. Un plan de formación para el PAS que, a nuestro entender, no satisface ninguno de los dos aspectos que para nuestro colectivo son fundamentales, ni la formación para la promoción del personal, ni la formación específica, para el buen funcionamiento de nuestros puestos de trabajo.
Una relación de puestos de trabajo (RPT) que en nada ha ayudado al desarrollo de la plantilla, ni a su funcionalidad. La ausencia más que absoluta de planificación por parte de los equipos de gobierno, preocupados básicamente en favorecer a un solo sector de los que componemos la comunidad universitaria, y que ha llevado a nuestro colectivo a tener la sensación, al menos a nosotros nos lo parece, de absoluto abandono y menosprecio. Una catalogación de nuestros puestos de trabajo y sus especialidades, “desarrolladas” desde una comisión paritaria inoperante, que ha dificultado, si cabe, la aplicación y el desarrollo del convenio colectivo. Claro es, que algunos de los que están presentes en ella, dirán que esto no es así, pero a los hechos nos remitimos.
Una política institucional basada en una aceptación silenciosa de las condiciones impuestas por la Consejería de Educación de creación de servicios y nuevos estudios con coste cero y que, a quien básicamente afecta, es al personal de administración y servicios. Una política que ha llevado a los equipos de gobierno a ocupar ilegalmente puestos de trabajo que no existen en la actual relación de puestos de trabajo, e intentar sacar de la plantilla actual recursos para ocupar esas plazas de nuevos estudios y centros.
Una política institucional incapaz de exigir al gobierno autónomo el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en el contrato programa y que propiciaban una inversión, -escasa, pero inversión al fin-, en el personal de administración y servicios, y que recogía la necesidad de elevar la ratio PAS-PDI que, lejos de alcanzarse, se ha profundizado en detrimento del PAS.
A todo esto, que no es poco, hay que añadir la actitud de un nuevo equipo de gobierno que, tras pocos meses de existencia, dice tener claro cuáles son las necesidades en la plantilla del personal laboral, y que todo parece indicar que han negociado una financiación cerrada para plazas de CCTI (dejándonos sin capacidad de negociación e imponiendo su criterio) y que intenta sacar recursos de la plantilla actual para solucionar problemas generados por la política del coste cero.
Un equipo de gobierno que dice tener elaborados informes y estudios (en tiempo récord) de las necesidades de plantilla del PAS, de las necesidades del CCTI, que piensa seguir edificando centros y servicios sin garantizar la plantilla para esos centros, aumentando las cargas de trabajo del personal, y que piensa hacer un estudio sobre las mismas, después de reformar las relaciones de puestos de trabajo y de negociar la financiación.
Un equipo de gobierno que parece no mostrar, en la práctica, mucho interés en que las plazas vacantes salgan adelante, y que estropea convocatorias con excusas bastante poco creíbles o entendibles. Un equipo del cual llevamos meses esperando que nos manden las bases de convocatorias de todas aquellas plazas que creemos, y así se lo hemos hecho saber, que no tiene ningún tipo de problemas para ser convocadas ya mismo.
Un equipo de gobierno que piensa meter nuevamente al personal de administración y servicios en la negociación del contrato-programa, que tan nefastos resultados ha dado, en cuanto al crecimiento de nuestra plantilla.
A todo esto hay que sumar, las dificultades de tener que mantener un difícil entendimiento y consenso entre las distintas opciones sindicales, representadas en el Comité de Empresa. Esto ha producido fricciones y que desde la presidencia se tengan que defender posiciones con las que no estamos de acuerdo y que, a diferencia de otros, creemos que suponen un grave peligro para la mejora, o al menos el mantenimiento, de las actuales condiciones de trabajo de la plantilla del personal laboral.
Ante la perspectiva que se nos ha dejado, en ausencia de cualquier planteamiento serio en defensa de nuestro colectivo, hemos hecho todo aquello que pudimos para solucionar este caos. No ha sido posible, aún así lo hemos intentado.
No es fácil hacerlo manteniendo una posición minoritaria dentro del Comité de Empresa y teniendo que defenderlas convenciendo a los demás, en cada momento, y sin contar con las garantías de que esto se traduzca en las votaciones que se llevan dentro del comité. Mantener este difícil equilibrio, ha sido complicado, y se ha roto en varias ocasiones y en cuestiones de suma importancia, como la propuesta de amortización de plazas y modificación de la RPT, o la modificación de las condiciones de trabajo en el Servicio de Deportes.
No es fácil hacerlo contando con la oposición del grupo mayoritario (Intersindical Canaria) que desde un primer momento ha dejado claro su posición: recuperar la presidencia del Comité, cueste lo que cueste, y caiga quien caiga. Con tanto cinismo y falta de respeto hacia la inteligencia de los trabajadores de esta casa, que ahora mismo acusa a este nuevo Comité del caos que ellos han generado en los últimos años. Máxime cuando ellos han apoyado claramente a los últimos equipos de gobierno y que nos han dejado en la condiciones en las que estamos.
No es fácil hacerlo sin contar con la implicación de un equipo de gobierno, que lejos de sus promesas de diálogo y de acercar orillas, lo único que ha demostrado es una actitud arrogante y prepotente, como la apertura de las bibliotecas en el mes de agosto.
Reivindicamos y seguiremos reivindicando nuestra participación y la importancia de nuestro trabajo en esta empresa, la importancia de nuestros puestos de trabajo, a pesar del continuo insulto y menosprecio que sufrimos por parte de algunos de los generadores de opinión, aunque la mayoría de ellos dependan de la institución en la que trabajamos.
Exigimos y seguiremos exigiendo del colectivo universitario, el respeto y la consideración que nos merecemos como miembros de esta comunidad, la cual, sin nuestra participación, no existiría tal como se entendía y ahora se reclama. Pero además de todo esto, lo haremos denunciando la situación de abandono a la que hemos sido sometidos en los últimos años y que parece que este equipo tampoco está dispuesto a cambiar.
Todo esto nos ha llevado a la situación de presentar la dimisión de nuestros cargos en el Comité de Empresa y dejar que sean otros, que lo llevan reclamando desde el primer momento, los que asuman la responsabilidad de sacar adelante lo que, a nuestro juicio, no hicieron cuando tenían la mayoría suficiente.
A nuestro juicio, esto es lo que tenemos que hacer. No hemos sabido, o no hemos podido, sacar adelante nuestras propuestas y solucionar los graves problemas que tiene el personal laboral; pues nos vamos. Otros, en cambio, que no sólo no han sabido solucionar los problemas, sino que los han creado, no sólo nunca se han ido, al contrario, quieren volver a toda costa y sin que a ninguno de ellos se les pase factura por haber hecho las cosas tan mal. No seremos nosotros quienes juguemos con el futuro de nuestro colectivo, ni de las personas que lo conformamos.